La palabra pastelero no es tan moderna como nos puede parecer en principio, históricamente hace su presencia en la corte de los reyes de Castilla, en diversos tratados de pastelería de la época.
Hace unos 5.000 años ya se
elaboró una receta, basada en la miel, leche y harina, y que se ponía a secar
sobre el intenso sol de Egipto.
Otro dato relevante es la aparición de la primera corporación de
pasteleros que aparece en Roma en el siglo IV a.c, pero fue en Francia en el
siglo XI cuando la profesión crece y se relaciona con la iglesia, concretamente
con los obliers que elaboraban las ostias.
En el siglo XVI las corporaciones
de pasteleros, regulan el proceso formativo del personal de pastelería y parecen
los primeros helados y pasteles en Europa.
Los helados ya habían
aparecido desde tiempos ancestrales en China, y se usaban para enfriar las
bebidas en tiempos estivales, usando la nieve de las montañas para ello. Los
grandes precursores de los helados fueron los árabes, al mezclar la nieve con
zumos de frutos endulzados con miel.
En el siglo XVII se produce una revolución en la pastelería, al
descubrirse el uso de la levadura biológica en las masas, este descubrimiento
marco un antes y después en la pastelería, dando lugar años mas tarde a la aparición
de las masas hojaldradas y a infinidad de nuevos dulces.
En el siglo XIX aparece publicada la obra “el pastelero real”, cuyo
autor Antonín Caremé empieza a reflejar la pastelería con técnicas y utensilios
antes nunca descritos.
Durante
el siglo X, las técnicas de frío, calor y congelación van a permitir multitud
de elaboraciones consiguiendo numerosas texturas.
Actualmente con el auge de la nueva cocina, España es una potencia
mundial, tanto en pastelería como en cocina, naciendo así la figura del
cocinero de postres, teniendo a los mejores pasteleros del mundo e importantes
obradores en todo el territorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario